- Trabant P50
Para entender el desarrollo y aparición de esta desgracia automovilística, tenemos que situarnos con los sucesos acaecidos a finales de la Segunda Guerra Mundial cuando los Aliados se repartieron los pertrechos de la derrotada Alemania Nacional Socialista.
El país se dividió en dos.
Por un lado la República Federal Alemana, en adelante RFD, en manos de Inglaterra, Francia y USA con su consiguiente cultura de Capitalismo y apertura Occidental y por el otro lado separado por el Famoso Muro de Berlín, la República Democrática Alemana, en adelante RDA (que de democrática no tenía nada), en manos de la URSS Comunista quién, adaptándose a su política de cortina de hierro, promovió el abandono de las instituciones republicanas y el destrato hacia los derechos humanos.
La RDA ante su cerrada política comercial, bloqueó las importaciones e insumos del exterior y debió ingeniárselas para motorizar a su pueblo.
A partir de esta necesidad, en Berlín Oriental y, paradojicamente, en las que fueron las instalaciones de la fabrica Horch (automóviles de los años 30, iconos de poderío, sofisticación y adelantos técnicos) se instaló la fabrica AWZ la cual iniciara la construcción de este vehículo popular que motorizaría a la sufriente población Alemana de Berlin Oriental.
Trabant P50:
Es un sedan de dos puertas, con una carrocería construida a mano de Fenoplast o Resina, que lo hacia indiferente al oxido más allá de volverlo muy liviano.
Entre sus características podemos destacar la suspensión delantera independiente y un motor de dos cilindros de dos tiempo de 500 cm3 y 19 CV proveniente de los DKW de preguerra.
Se construyo desde 1958 a 1991 produciéndose alrededor de 3.700.000 unidades.
La construcción del vehículo era deficiente, tosca y rudimentaria.
Al no poseer la fabrica la tecnología para mejorar los procesos de ensamblaje, se dio el fenómeno que una unidad usada en el mercado valía mas que un 0 Km ya que para adquirir uno había que anotarse en una lista de espera que tenia un retraso de mas o menos 15 años.
Si si, leyo bien, había que esperar de 10 a 15 años para que le entreguen su auto cero kilómetro, color gris exclusivamente!!
Sin embargo a favor del auto podemos decir que gastaba poco combustible, no se oxidaba y era eterno, ya que los propietarios se desvivían en su cuidado, convirtiéndose en verdaderos especialistas en la manutención de estos, debido a que la unidad en su poder iba a ser el único auto que iban a tener de por vida.
Todo esto que parece una barbaridad no paso hace mucho tiempo, ya que el Trabant se dejo de fabricar en 1991 como consecuencia de la caída del Muro de Berlin o como lo llamaban extra oficialmente el muro de la Vergüenza, en 1989.
Claro, es de suponer que sin este impedimento de por medio -en el cual perdieron la vida alrededor de 270 personas en un intento por cruzarlo- nadie iba a querer comprar mas este simpático autito con motorización de los años 30 y diseño de un aburrido funcionario comunista de la perestroika.
Hoy en día es un objeto de colección, no por sus prestaciones desarrollo y diseño en si mismo, sino por ser el testigo de una época a la que no se quiere regresar.
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